Agentes municipales tienen la función de asegurar que se respeten las medidas para evitar la propagación del coronavirus. En caso de que algún vecino o turista no acate sus recomendaciones, cuentan con el apoyo de la Policía.
Suele vérselos en los accesos a las playas públicas o caminando por la costa con su distintivo chaleco celeste. Generalmente con una gorra y lentes para protegerse del intenso sol al que están expuestos al menos por siete horas, tiempo que dura su jornada de trabajo. Se trata de los 80 agentes municipales que esta temporada estival tienen la función de controlar los cumplimientos de protocolos para evitar, aún más, los contagios de Covid-19 en Mar del Plata.
Una vez que los personas se aprestan a ingresar a la arena para pasar algunas horas de descanso y recreación en el marco de la belleza natural de la ciudad, se topan con estos trabajadores, en su mayoría jóvenes de entre 18 y 30 años, quienes brindan una serie de recomendaciones para tener una jornada, en lo posible, segura y sin propagación del Covid – 19.
“En el ingreso a la playa le damos a conocer a la gente cómo son los protocolos dentro, que son los dos metros de distancia, entrar con barbijo y una vez en tu lugar te lo sacás, pero mientras circulás es necesario el uso del mismo”, contó Sofía, de 19 años, quien fue contratada temporalmente por la comuna para esta función, la cual se extenderá hasta el 28 de febrero.
En este sentido, se detalló que los agentes trabajan todos los días y que se dividen en dos turnos, uno de 10.30 a 17.30 y otro de 14 a 21.
Asimismo, aclararon que no es su trabajo el “revisar las mochilas” de la gente que se dispone a ingresar a la playa. “Eso lo hace Inspección General y requisan las mochilas porque está prohibido entrar a la playa con bebidas alcohólicas”, recordaron.
Ante la consulta de cómo reciben los marplatenses y turistas sus indicaciones, aseguran que “la gente se lo toma bien”. “De hecho si entrás a la playa te vas a dar cuenta que nosotros no tenemos ni que bajar, aunque lo hacemos y vemos que se esté respetando la distancia, pero los dos metros suelen estar”, afirmó la joven agente comunal.
“Las personas están preocupadas por cuidarse y son muy pocos aquellos que no se cuidan. Hay gente que capaz no está usando el barbijo porque se lo olvidó y nosotros se lo recordamos y lo toman súper bien”, agregó.
No obstante, aclaró que los veraneantes tienen que acatar “sí o sí” sus indicaciones, ya que sino tienen la orden de avisarle a la Policía. Para ello se comunican al 911 o directamente le avisan a los distintos móviles que suelen tener puntos fijos en la costa para la seguridad en la temporada.
Además de la tarea de controlar el cumplimiento de los protocolos, estos agentes municipales han prestado colaboración en otras situaciones que suelen darse a raíz de la gran afluencia de gente en las playas en esta época del año. “Por ejemplo, el otro día se perdió un nene y fuimos desde la playa de Punta Iglesia hasta acá y lo encontramos. Hemos asistido en casos de que hubo que llamar a ambulancias y lo que estamos haciendo últimamente, cuando se llena la playa, es cerrarla y no dejar ingresar a nadie más”, señaló Sofía.
En la misma línea se manifestó Matías, un joven agente municipal de 23 años que trabaja en la zona del Torreón del Monje, contó: “Nos colocamos en los puntos más frecuentes de cada zona, siempre con algún compañero. Andamos patrullando o sino nos ponemos en el acceso a alguna playa y una vez que se llenan recomendamos que se vayan a una playa vecina u otro lado”.
“La gente se comporta bien, siempre está el que no quiere ponerse el barbijo, pero se lo recomendamos con máximo respeto y suelen terminar aceptándolo”, añadió
Por último, el joven lamentó el contexto de pandemia, pero aseguró sentirse contento con esta “buena oportunidad de trabajo” que encontró para la temporada y que tiene la noble función de “ayudar a cuidarnos entre todos”.